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Five Leaves Left
Nick Drake
Island Records – 1970
«La fama no es mas que un árbol frutal»
Nicholas Rodney Drake
1948 – 1974
Cuando escuché por primera vez a Nick Drake tuve la sensación de que estaba ante un fuera de serie, un atemporal, que además de sus exquisitas composiciones y la manera de cantar y tocar la guitarra, tenía un sonido que no envejecía y su música me llegaba como aquél pequeño brazo de mar perdido en una caverna del que hablaba Emilio Moura:
Como la voz de un pequeño brazo de mar
perdido en una caverna,
Como el sollozo sofocado que estalla de pronto
en una pieza cerrada,
Escucho ahora tu voz, oh mi deseo, e instintivamente
retrocedo hasta los orígenes de mi angustia.
Vigilada y vencida, ¡oh! finalmente vencida
por tantos y tantos siglos de resignación y humildad.
¿En qué hora remota, en qué época ya tan
lejana, fue que los aires vibraron por última
vez frente a tu último grito de rebeldía?
¿Cuántas veces, oh mi deseo, tú me obligaste
a encender grandes hogueras dentro de la noche,
Y a esperar, cantando, la madrugada?
¿Pero, y hoy? Hoy tu voz resuena en mi como
el cántico de un órgano.
Como la voz de un pequeño brazo de mar
perdido en una caverna,
Como el sollozo sofocado que estalla de pronto
en una pieza cerrada,
Emilio Moura (Poema patético)
Habían pasado treinta años desde su muerte y yo descubría en este hombre al precursor de tanta música infinita que lo antecedía y lo sucedía tan lejos en la historia que llegaba hasta nuestro aquí y ahora.
Como ocurre con Oscar Wilde en la literatura, con Drake uno cae en la cuenta que el hombre siempre tiene razón. A través suyo el lirismo habla, el silencio dice lo que no puede callar atropellando las palabras con el corazón, aquél hombre, terrible creador sonriendo sobre la tierra o apoyado contra una pared de ladrillos mientras el mundo pasa y gira sin detenerse.
El tiempo le dijo que era un extraño hallazgo, una mente conflictiva, pidiéndonos que nos quedásemos a su lado para seguir intentándolo, hasta que no quedase nada que esconder.
Personal
Nick Drake – voz, guitarra acústica y piano
Paul Harris – piano
Richard Thompson – guitarra eléctrica
Danny Thompson – bajo
Rocki Dzidzornu – congas
Clare Lowther – cello
Tristam Fry – batería y vibrafono
Drake afinaba su guitarra de diferentes maneras; adaptaba el sonido para cada canción y su voz tiene ese característico equilibrio perfecto entre un cuerpo grueso y el sereno susurro.
Además de la guitarra, tocaba el piano, el clarinete y el saxo.
Cuando escucho sus composiciones imagino mosaicos y caleidoscopios; el cuidado por la armonía interna, la simetría entre las figuras que dibujaba con sus melodías, caminan de la mano con una lucidez extrema, propia de un hombre que ha vivido muchísimo tiempo.
Este es el primer álbum de estudio (1969) de los tres editados en vida. Los otros dos fueron: «Bryter Layter» (1970) y «Pink Moon» (1972); tres obras de un creador que no fué reconocido en vida, pero que desde un tiempo a esta parte es considerado un músico de culto, por artistas provenientes del rock: como Peter Buck (de R.E.M.) y Robert Smith (The Cure); por los que provienen del Pop y aledaños: The Mars Volta, Norah Jones, Paul Weller y Kate Bush; y del jazz, por el inimitable Brad Mehldau.
Muerto a los 26 años por una sobredosis de barbitúricos, Nick Drake fue como las estrellas mas masivas, que son las que menos tiempo viven, ya que queman su combustible mucho más deprisa.
Y como las estrellas al desaparecer, siguen brillando en el cielo, ya que su particular relación con el tiempo no tiene nada que ver con la nuestra.
¿Cuál es el sentido de un año, o de una estación? nos dice en «Bird Flew By».
Dejo en el «repro», «River Man» y «Day Is Done» para despedirnos con el sol de un sábado cualquiera (como Drake hubiese querido).
