Vengo de donde la memoria se detiene
Sé adónde no viajo
Cuando de noche se entreven las chispas que ignoran la sombra que fui,
y hacen añicos mi cuerpo diario de fragmentos,
vueltos a combinar.
Ellos ya caminaron estas calles y nunca conocieron estas calles.
Bebí el vino que nunca me ofreciste y permanecí junto al sitio
donde podrías haber estado,
sabiendo todas las cosas que guardabas en el corazón.
Y fui descorriendo una tras otra cada cortina
del otro mundo, mi casa,
hechas de capas
superpuestas,
estremecidas,
como montañas deshabitadas
amontonadas de palabras
que siguen mi murmullo
y que crecen,
entre las rejas del día.
Fotografía por Audrey Penven (San Francisco) «Dark Mofo» 2018
El poema es del Gato de Alvaro de Campos