Los ojos
Spinetta y los socios del desierto
Universal Music Argentina – 1999
Dedicado a los ciegos,
a los que ven
y a los que no quieren ver.
El despegue es doloroso. Una sensación de vacío en el estómago y un punzante zumbido mientras el motor empuja con su voluntad de autómata contra la gravedad a todo o nada.
Y es como si lo supiese.
Al principio es muy difícil ver, hay que cobrar cierta altura para que algo de distancia nos borre lo insustancial, lo meramente anecdótico.
Siempre sucede así y no parece haber tormentas a la vista, nos dice el piloto por el altavoz.
Ya no se ve, el malestar desaparece y la nave se estabiliza.
Es de día y todo se vuelve celeste.

Grabado y mezclado en La Diosa Salvaje (episodio 2) entre julio y septiembre de 1999 con la asistencia técnica de Mariano López, Ramtes González y Guido Nisenson, este maravilloso disco tiene como particular nota, la de ser el más «sinfónico», dentro de la exquisita producción de este tremendo creador y artista.
Porque el «flaco», es como esos directores de cine que «narran» con la cámara.
Su herramienta es el ojo desnudo; y esto no tiene nada que ver con la tecnología, el instrumental ni las historias.
Todo es «el vuelo», a través de la luz que enceguece o la oscuridad que nos asusta.

Personal
Luis Alberto Spinetta – VG8, guitarras, voces y ruidos de medallita
Daniel Wirtz – batería y andamio de cuarzo
Marcelo Torres – bajo y fretless de 6 cuerdas
Otros socios
Claudio Cardone – teclados, piano y arreglos en Ekathé I
Carlos Villavicencio – arreglos y dirección de orquesta en Vera
Juan Carlos Fontana – teclados en Ekathé II y Bahía Final
Grace Coceri – coros y vocal coach
Tweety González – programación en Bahía Final
Nico Cota – percusión en La Flor
Javier Malosetti – solo de guitarra acústica en La Flor
Didi Gutman – teclados en Donde No Se Lee
De pronto comprendemos que el viaje termina y una ilusión vuelve con la inminencia del aterrizaje:
Hay un momento, en el descenso, cuando el acercamiento hace posible una visión casi perfecta de todo, muy poco antes de volver al mundo, donde ya no se ve.