Kandinsky, que se contaba entre sus admiradores, decía que Rousseau tenía un «sonido especial». Picasso organizó el «Gran Banquete Rousseau», al que asistieron entre otros, Braque, Apollinaire, Max Jacob y Gertrude Stein.
Rousseau pintaba de atrás para adelante, revolucionando la concepción de la pintura tradicional, en la que se pinta desde el primer plano hacia atrás, creando la perspectiva.
El lo hace al revés; de manera que parece que estuviera concluyendo un collage.
Y no se equivocaba Kandinsky; su pintura está muy relacionada con la música, especialmente con Eric Satie, por la inversión de ese procedimiento constructivo.
Picasso dijo que no hubiera podido pintar el «Guernica» sin haber visto antes «La boda» (1905).

Murió en París, un 2 de septiembre de 1910 y Guillaume Apollinaire escribió en su lápida:
Gentil Rousseau, tú nos puedes oir
te saludamos
Delaunay y su esposa, el señor Queval y yo.
Deja pasar libremente nuestros equipajes por las puertas del cielo,
te llevaremos pinceles, colores, lienzos,
para que puedas disfrutar de tus horas sagradas
pintando a la luz de la verdad eterna,
tal como pintaste mi retrato
de cara a las estrellas.